Una de las lecturas más audaces en la actualidad sobre una crítica al liberalismo clásico es la del teórico político William E. Connolly. La clave de la lectura crítica a los liberales clásicos de Connolly es la “muerte de Dios” de Nietszche. De acuerdo con Connolly en la teoría política de Thomas Hobbes encontramos la sustitución de la fe de la Iglesia por la fe en la razón. El hombre es un artífice del orden de la naturaleza, y derivado de lo anterior del orden del Estado. La fe en la razón de Hobbes hace nacer a un hombre bajo el control del Estado. Rousseau profesa su fe en la “virtud” de la República, en el bien común del aparato estatal. El discurso de Rousseau no es más que la lectura secular de la visión compacta y armónica de la religión. Connolly argumenta que los sueños de la razón de Hobbes y Rousseau palidecen frente a las pasiones del Marqués de Sade. Sade, a diferencia de Hobbes y Rousseau, no sustituye la fe por la razón, lo de Sade es vislumbrar la tragedia de la diferencia. Connolly sostiene una especie de liberalismo radical que se traduzca en instituciones democráticas que sostengan y alienten políticas públicas producto de las diferencias. La lectura de Connolly es una lectura imprescindible para el lector mexicano, cuando observamos en nuestra opinión pública la hegemonía del discurso liberal clásico, cuyo rasgo distintivo es una fe en la política como un libre mercado.
Ciudad de México, a 3 de noviembre de 2011
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